Noble española
Conocida como la Princesa de Éboli
Casa Real: Casa Hurtado de Mendoza
Padres: Catalina de Silva Cifuentes y Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda
Cónyuge: Ruy Gómez de Silva (m. 1552–1573)
Hijos: 10
Nombre: Ana Hurtado de Mendoza de la Cerda y de Silva y Álvarez de Toledo
Ana Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli, nació el 29 de junio de 1540, en Cifuentes, Guadalajara, España.
Padres
Hija única de Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, primer duque de Francavilla, príncipe de Mélito y virrey de Aragón, y de su primera esposa, María Catalina de Silva y Álvarez de Toledo, hija de los condes de Cifuentes.Miembro de una de las familias castellanas más poderosas de su época, la Casa de Mendoza, ostentó los títulos de II duquesa de Francavilla, II princesa de Mélito, II condesa de Aliano y II marquesa de Algecilla por derecho propio; así como princesa de Éboli, duquesa de Estremera, duquesa de Pastrana y marquesa de Diano, por su matrimonio.
Desde la infancia lucía un parche en el ojo derecho. Existen diversas teorías sobre la causa de la pérdida de su ojo, pero la más respaldada sugiere que fue dañado por la punta de un florete manejado por un paje durante su infancia.
En 1533, cuando Ana tenía doce años, se iniciaron los acuerdos matrimoniales entre el príncipe Felipe, posteriormente Felipe II de España, y sus padres para su casamiento con Ruy Gómez de Silva, amigo de la infancia del príncipe, que ostentaba el título de príncipe de Éboli y era ministro del rey.
Considerada como una de las mujeres más talentosas de su tiempo y una de las damas más hermosas de la corte española. Fue dama de honor de la princesa Juana de Austria y luego de Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II.
Matrimonio e hijos
Debido a los compromisos de Ruy, el matrimonio no se llevó a cabo hasta aproximadamente 1557. Fueron padres de diez hijos, cuatro de los cuales fallecieron en la infancia.Conflicto con Teresa de Jesús
Ana y su marido solicitaron dos conventos de la orden religiosa de las carmelitas descalzas en Pastrana. Sin embargo, Ana entorpeció los trabajos al insistir en que se construyeran según sus dictados, lo que generó numerosos conflictos con las monjas, los frailes y, sobre todo, con Teresa de Jesús, fundadora de la orden. Ruy Gómez de Silva intervino para restablecer la paz, pero tras su muerte en 1573 los problemas resurgieron.La princesa deseaba convertirse en monja y pretendía que todas sus criadas lo fueran. Teresa de Jesús, a regañadientes, concedió su solicitud y la ubicó en una celda austera. Sin embargo, pronto se cansó de la austeridad y decidió trasladarse a una casa en el huerto del convento junto a sus criadas. En ese lugar, tenía armarios para guardar sus vestidos y joyas, además de una comunicación directa con la calle y la libertad de salir a su antojo. Como respuesta a esta situación, por orden de Teresa, todas las monjas abandonaron el convento y se marcharon de Pastrana, dejándola sola.
Posteriormente, Ana regresó a su palacio en Madrid, pero antes de hacerlo, publicó una biografía distorsionada de Teresa, lo que causó un escándalo y provocó la intervención de la Inquisición española, que prohibió la obra.
En la corte de Felipe II
Parece ser que tras enviudar mantuvo relaciones con Antonio Pérez, secretario del rey. Su relación con él hizo que se viera envuelta en el misterioso asesinato de Juan de Escobedo, secretario de Juan de Austria, hermanastro de Felipe II, quien a las órdenes del rey marchó a Flandes para intentar apaciguar la conflictiva situación que en aquellos territorios hacía tiempo no se solucionaba.Según se cree, Pérez descubrió que Juan de Austria y su secretario querían establecer una alianza matrimonial con la reina de Escocia, María Estuardo, en un complot para derrocar a su hermanastro. Cuando Juan de Escobedo descubrió la relación entre la princesa de Éboli y Antonio Pérez, amenazó a la pareja con descubrirlos ante el rey. Pérez, temiendo que Escobedo revelara el secreto, lo denunció ante el monarca y Escobedo apareció muerto. Según varios expertos, el rey habría autorizado el asesinato, pero poco tiempo después, arrepentido, ordenó encarcelar a los amantes.
Encierro
A la princesa la encerraron el 28 de julio de 1579, en el Torreón de Pinto en Madrid. En febrero de 1580, fue trasladada a la fortaleza de Santorcaz y privada de la tutela de sus hijos y de la administración de sus bienes. Un año después la trasladaron a su Palacio Ducal de Pastrana.Muerte
La princesa de Éboli falleció el 2 de febrero de 1592 en el Palacio Ducal de Pastrana, Guadalajara.
«Solo amé a mi esposo, jamás me acerqué a otro hombre, y eran locos los que osaron pensar otra cosa».
Princesa de Éboli
Resumen
Figura histórica famosa en España y personaje influyente en la corte del rey Felipe II. Su historia, considerada como una de las más apasionantes del Renacimiento español, fue objeto de diversas obras literarias y dramáticas.
